Saturday 9 June 2007

Around the world in...

Después de terminado un periodo de valor sino cuestionable, ampliamente cuestionado, en la gloriosa ciudad imperial que un amigo osó llamar el centro de la tierra (Repito, Verne no era Británico) he tomado por hobby pasar largos ratos en esas antesalas del infierno que llaman aeropuertos. Dicen quienes no entienden bien el propósito de este caro, carísimo hobby que me dedico a coleccionar estampitas, prostituyendo un pasaporte un poco mutilado por el descuido. Pues me alegro aclarar este error mortal: no son ni las estampitas ni el pasaporte lo que me dedico a acumular sino horas de el fenómeno glamoroso del Jet Lag regresivo. Explico.
Marmota dormilona por naturaleza el especimen Michu se encuentra tipeando esta entrada bloguera a las 10 am. Esto después de despertarse, completar una rutina de aseo y belleza nada corta (es belleza natural. lo juro!!!) escribir un artículo para el martes y leer diversas publicaciones locales y online. Mientras tanto la familia Telerín sigue roncando.
Este forzado cambio de autopercepción a pensarse alguien que hace uso eficiente del oxígeno que gasta es la droga que pasa tarjeta por mi eterno éxodo hacia el oeste. Explico de nuevo: Pocos días después de aterrizar en mi pueblo chapelliano de erudición e historia personal, he decidido continuar un trayecto rumbo ecuatorial hacia San José de Costa Rica. Hago esto para ver a una familia que, después de dos días de indagar, sospecho comprenden que la Europa no crea sofisticación por osmosis. Y para apoyar su propio éxodo hacia el norte de la Venezuela que se pudre como cordón umbilical post-natal. Dolorosa la tarea? Sin duda... pero por mi heróica misión me veo recompensada con DOS HORAS encima de las cinco que gané hace menos de una semana. Ka'ching.
Tiempo, me doy cuenta, que artificial como fuere, necesito tomar para remediar el impacto que me causó encontrarme con dos hermanas crecidas, específicamente esa pequeña de docena de años que me presta su ropa y me llega a la barbilla (y mas impactante aún, tiene cuentos de salidas y referenció en nuestra última tertulia ciertos bares caraqueños que conoce, dice, por reputación) Estoy vieja, y con mi cumpleaños aproximándose a velocidad de la luz, necesito las horas como migas antes de empezar mi entrada al mundo del consumo de proteínas ponds.
Ahora bien, no se trata completamente de la decadente delicia de ganar unas horas, sino el sentirse mas anciana por el contraste de mi cansancio con el de dichos allegados entrando las once de la noche. Estando en un compromiso social; inescapables en situaciones familiares de esta naturaleza, me quedé dormida sobre la barriga de mi papá mientras, sospecho, me juzgaba de maleducada cierto anfitrión de magnánima cortesía (si lees esto... me disculpo). POr ende, las horitas ganadas se suman a la pérdida de capital social que nunca dejo de restarme, me hacen agradecer las arruguitas y la crema ponds al perder este bono de hora doble y devolverme un poco hacia el oriente - del occidente.

asi el cuento de amores y dolores de las horas ganadas y perdidas, se despide en su narcoléptica gloria (mas bien jalada de la PC prestada por un patriarca ya levantado)

Durrrcinea del pasaporte vencido.