Sunday 6 May 2007

un confesional para los curiosos

Despierta ya y semirecuperada de las celebraciones mal guiadas del cinco de mayo de ciertos estudiantes norteamericanos en Londres - dicese de enchiladas cocinadas al estilo thai con sangría, que asumo entenderan por brebaje panhispano al igual que las margaritas - estoy en el mood de recuperar el ritmo de trabajo. Entonces me he parado por primera vez en días antes de las 8, salí a correr (ouch) y heme aqui, bibliotecando hace un par de horas. Lo escribo para tenerlo como referente dado que en esta ciudad que se suponía de relojeros y bancos imperiales, se trabaja menos que en cualquier otro lado que haya tenido el placer de visitar. Mary Poppins se equivocó.

Pero ya entro en exámenes, esta semana mando mis corotos de vuelta al campestre y me despido de por aquises, con la noción de haber hecho menos de lo que correspondía. Aparte vuelvo a un hueco semi-vacío donde cierto ex innombrable ha volado el nido y se rumorea anda contento en un mundo alterno.

Entonces, al grano. Me doy cuenta que me queda un solo mes de pseudoadolescencia, tanto en el sentido estrictamente numeral como en las responsabilidades de vida, y se me van armando las piezas de lo que ya me habían hecho elegir muchos años atrás al entrar al liceo. (insert violin aquí) y estoy con ansiedades de vieja que pretendo ahogar en grandes cantidades de alcohol.

Aparte empiezo una tésis sobre el postcolonialismo de latinoamerica-usa y tomo esta oportunidad autoglorificante (sp?) para pedir referencias de libros a los cuales debería referirme - por favor no quiero oir fanon o said.

ok, de vuelta a los libros.