Pero hay ciertos riesgos que se tienen que tomar y si la CIA o la policia virtual quieren borrarme, estoy a un boton de salida. Y si de borrar se trata, el primer paso lo di yo.
Si el mensaje no esta claro, lo predico claro como el agua que solia correr por el guaire: Michu tiene otro blog. Uno nuevo. Si, otro. Y no va a seguir escribiendo en los demás, ya pasada su etapa de crónicas estilo itinerario y el impetu de voltear el lado mas podrido y regurgitado de la agonía hormonal, y porque me he puesto ambiciosa planeo hacer de mi flan un parfait de imperfección. No prometo nada porque lo prometo todo asi como me gusta a mi: Un glotonísimo smörgåsbord de notas, fotos, referencias, penas y altanerías que solo me atrevo a decir tras el velo. Lo que predico es todo absoluto y absolutamente maleable. Lo que predico es sacrilegio reverente y una distorsión del autorretrato, parte homenaje a Juan Gris, parte lujuria a Egon Schiele y parte minimalismo logorreico. Si entendiste no estabas prestando atención.
Entonces empiezo mi entrada triunfal al trasmundo del Blogger, le dije adios al Livejournal, y dejando claras mis promesas a nada en especifico una propaganda de inhalacion inflada y autoflagelación figurada, con palabras fragantes que me quedan grandes, y todavia delatan mi olor a teen spirit. Me gustan las listas. Me gusta leer. y si... me gustan los aviones. No los aeropuertos. Me gustas tu? Depende. Te gusto yo a tí?
gracias, no hay de qué.
